Daniel Goleman, el teórico que ha popularizado el concepto de inteligencia emocional ha concedido una interesante entrevista en El País sobre temas muy relevantes para el aprendizaje, más allá de las emociones:
La concentración en el mundo de las distracciones
Goleman menciona la importancia de trabajar la capacidad de atención desde los primeros años. Para ello es vital desarrollar la habilidad de ignorar las distracciones. Esto se hace muy complicado para niños y adultos, con la multitud de interrupciones que nos llegan a través de la tecnología. Hay miles de estímulos que provocan dispersión y, en el caso de las pantallas, son particularmente atractivos.
Pero hay que tener en cuenta que la atención es la base del aprendizaje. Con un buen manejo de la concentración, los niños serán capaces de dirigir de forma voluntaria su atención a un único estímulo, aunque tengan a su alrededor otros que les llamen más. Ignorarán esos otros y focalizarán todo su interés en lo que sea necesario: es lo que llamamos atención. Sostenerla durante un tiempo lo denominamos concentración.
Nuestra mente está diseñada para distraerse, por una cuestión evolutiva. Pero podemos reconducirla de nuevo a la atención, fortaleciendo así cada vez que lo hacemos nuestra capacidad de concentrarnos. Según Goleman, la concentración es como un músculo, por lo que conviene fortalecerla desde la infancia.